Hace tres o cuatro semanas, mi jefe me pidió que actualice los riesgos de los proyectos que tengo a cargo. Al utilizar la palabra actualizar, fue mas que generoso, ya que debería haberme dicho que identifique algún riesgo, ya que los que estaban no eran para nada validos, debido a que ya habían surgido o se habían mitigado.
Realmente cuesta administrar riesgos. A mi personalmente me cuesta pensar en riesgos. Sera porque nunca lo aprendí correctamente, ni tuve buen coaching para aprender ese arte. Otra razón debe ser porque leí que esto le pasa a mucha gente (creo que en este libro), y por eso me sentí aliviado y no me peso tanto la culpa al olvidar y encajonar esta tarea hasta hoy. Tal vez por esa misma razón mi jefe me asigno la tarea tan amablemente y no me persiguió para que la haga rápidamente.
Resulta que hoy a la mañana, como si algunas neuronas dormidas hayan hecho contacto de repente, se me ocurrieron cuatro riesgos de una! Para darle mas color al relato, estaba viajando al trabajo, eran las 835am, en la cómoda combi que me lleva desde plaza constitución hasta la oficina, tratando de no pensar en una chica que me había roto el corazón hace escasos días, medio dormido, mientras rodeábamos por la avenida Paseo Colon la plaza que se encuentra atrás de la casa rosada, con un sol muy placentero iluminándome y dándome calor gentilmente. Lo que quiero sacar a relucir es que las ideas pueden aparecer en cualquier lado y es algo mágico realmente, si uno se pone a pensar sobre el tema. Los cuatro riesgos que se me ocurrieron, los había incluso reportado anteriormente, pero no como riesgos. Eran cuestiones del proyecto, muy visibles, pero no estaban correctamente registrados.
Consejo: Cuando tengan que administrar riesgos, no piensen que tienen que administrar riesgos, piensen en los problemas y situaciones del día a día de los proyectos, y algún día se les ocurrirá como expresarlos como riesgos.
Realmente cuesta administrar riesgos. A mi personalmente me cuesta pensar en riesgos. Sera porque nunca lo aprendí correctamente, ni tuve buen coaching para aprender ese arte. Otra razón debe ser porque leí que esto le pasa a mucha gente (creo que en este libro), y por eso me sentí aliviado y no me peso tanto la culpa al olvidar y encajonar esta tarea hasta hoy. Tal vez por esa misma razón mi jefe me asigno la tarea tan amablemente y no me persiguió para que la haga rápidamente.
Resulta que hoy a la mañana, como si algunas neuronas dormidas hayan hecho contacto de repente, se me ocurrieron cuatro riesgos de una! Para darle mas color al relato, estaba viajando al trabajo, eran las 835am, en la cómoda combi que me lleva desde plaza constitución hasta la oficina, tratando de no pensar en una chica que me había roto el corazón hace escasos días, medio dormido, mientras rodeábamos por la avenida Paseo Colon la plaza que se encuentra atrás de la casa rosada, con un sol muy placentero iluminándome y dándome calor gentilmente. Lo que quiero sacar a relucir es que las ideas pueden aparecer en cualquier lado y es algo mágico realmente, si uno se pone a pensar sobre el tema. Los cuatro riesgos que se me ocurrieron, los había incluso reportado anteriormente, pero no como riesgos. Eran cuestiones del proyecto, muy visibles, pero no estaban correctamente registrados.
Consejo: Cuando tengan que administrar riesgos, no piensen que tienen que administrar riesgos, piensen en los problemas y situaciones del día a día de los proyectos, y algún día se les ocurrirá como expresarlos como riesgos.
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