Recuerdo que al poco tiempo de haber comenzado a trabajar en un proyecto, teníamos todo listo, ya estábamos comenzando con la primera iteración, pero faltaba una persona que ocupase un puesto clave. En ese momento no había nadie disponible en la empresa ni nadie que se libere en esos meses, entonces se decidió buscar en el mercado. Por suerte se consiguió a alguien rápido. El líder técnico del proyecto y yo hablamos con el, para ver si seria un buen candidato, y le comentamos de que se trataba el proyecto. Realmente era un proyecto muy atractivo y creo que le logramos transmitir la idea al candidato. Obviamente también había sido aprobado por el área técnica correspondiente de la empresa, así que procedimos a contratarlo.
Hasta ahí estaba todo perfecto. En dos semanas íbamos a tener a esta persona que tanto necesitábamos. ¿Que podía salir mal? Esta persona ya había aceptado la propuesta, se había hecho todos los examenes preocupacionales, estaba todo listo. Pero paso lo peor que podía pasar. El viernes anterior al lunes de la fecha de comienzo de esta persona, a las 17hs recibo una llamada del sector de recruiting de la empresa. Me avisaron que esta persona no iba a presentarse el lunes. No recuerdo si era por alguna contraoferta de ultimo momento u otra oportunidad que se le presento. No importa. Lo que importa es que ya no iba a contar con esa persona que tanto necesitaba en el proyecto. Tenia que empezar todo de cero, y era desalentador, porque no se puede conseguir a alguien de un día para otro. Mi proyecto iba a tener que esperar por lo mínimo tres semanas. Me arruinaron el fin de semana.
¿Como resolví la situación? No importa, todo se resuelve. La pregunta valida a hacer en este caso es: ¿Podría haber hecho algo para evitar perder a esa persona? La respuesta es si, aunque no es común tomar acciones para que esto no pase, yo nunca lo había hecho antes. El capitulo Wanted del libro Being Geek de Michael Loop habla sobre esto y me abrió la cabeza. Es increíble cuando uno aprende algo nuevo que nunca se le paso por la cabeza, pero tiene todo el sentido del mundo.
Cada posición abierta surge de una necesidad de la empresa, para cierto proyecto o área. Digamos que existe una necesidad. Otra realidad es que la gente pierde la cabeza en las transiciones laborales, es difícil pensar claramente, ya que uno hace una apuesta grande sin conocer realmente lo que le depara el futuro. La idea es tentar a esa persona para que tome la decisión de cambiar. Si alguien nos parece apropiado para este puesto, hay que decírselo y repetírselo, comentarle que el puesto es perfecto para esa persona. Recordándoselo, uno se vuelve una constante dentro del caos mental del cambio de trabajo. Eso tranquiliza a la persona y aumenta exponencialmente las posibilidades de que el lunes acordado aparezca en tu proyecto. La clave es dedicarle tiempo a esa persona que no entro a la empresa todavía. Llamarlo, escribirle, contarle el estado del proyecto, porque lo necesitamos, contarle que va a hacer. Incluso en el libro sugiere organizar una salida con el equipo actual con esta nueva persona.
Todavía no probé esto, pero la próxima vez que tenga una propuesta aceptada de alguien que necesito voy a seguir los consejos del autor, su razonamiento es simplemente lógico. No prestarle atención a alguien que necesitas y esta por entrar a tu equipo por dos semanas no es sensato.
Hasta ahí estaba todo perfecto. En dos semanas íbamos a tener a esta persona que tanto necesitábamos. ¿Que podía salir mal? Esta persona ya había aceptado la propuesta, se había hecho todos los examenes preocupacionales, estaba todo listo. Pero paso lo peor que podía pasar. El viernes anterior al lunes de la fecha de comienzo de esta persona, a las 17hs recibo una llamada del sector de recruiting de la empresa. Me avisaron que esta persona no iba a presentarse el lunes. No recuerdo si era por alguna contraoferta de ultimo momento u otra oportunidad que se le presento. No importa. Lo que importa es que ya no iba a contar con esa persona que tanto necesitaba en el proyecto. Tenia que empezar todo de cero, y era desalentador, porque no se puede conseguir a alguien de un día para otro. Mi proyecto iba a tener que esperar por lo mínimo tres semanas. Me arruinaron el fin de semana.
¿Como resolví la situación? No importa, todo se resuelve. La pregunta valida a hacer en este caso es: ¿Podría haber hecho algo para evitar perder a esa persona? La respuesta es si, aunque no es común tomar acciones para que esto no pase, yo nunca lo había hecho antes. El capitulo Wanted del libro Being Geek de Michael Loop habla sobre esto y me abrió la cabeza. Es increíble cuando uno aprende algo nuevo que nunca se le paso por la cabeza, pero tiene todo el sentido del mundo.
Cada posición abierta surge de una necesidad de la empresa, para cierto proyecto o área. Digamos que existe una necesidad. Otra realidad es que la gente pierde la cabeza en las transiciones laborales, es difícil pensar claramente, ya que uno hace una apuesta grande sin conocer realmente lo que le depara el futuro. La idea es tentar a esa persona para que tome la decisión de cambiar. Si alguien nos parece apropiado para este puesto, hay que decírselo y repetírselo, comentarle que el puesto es perfecto para esa persona. Recordándoselo, uno se vuelve una constante dentro del caos mental del cambio de trabajo. Eso tranquiliza a la persona y aumenta exponencialmente las posibilidades de que el lunes acordado aparezca en tu proyecto. La clave es dedicarle tiempo a esa persona que no entro a la empresa todavía. Llamarlo, escribirle, contarle el estado del proyecto, porque lo necesitamos, contarle que va a hacer. Incluso en el libro sugiere organizar una salida con el equipo actual con esta nueva persona.
Todavía no probé esto, pero la próxima vez que tenga una propuesta aceptada de alguien que necesito voy a seguir los consejos del autor, su razonamiento es simplemente lógico. No prestarle atención a alguien que necesitas y esta por entrar a tu equipo por dos semanas no es sensato.
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