Hace pocos días me encontré con una visión muy interesante de las diferencias entre Scrum y las metodologías tradicionales o predictivas.
Los métodos tradicionales, generalmente en un marco de un contrato llave en mano, se enfocan en que el proveedor cumpla con las funcionalidades acordadas, quedando en segundo lugar queda el precio y el tiempo. El proveedor se concentra en cumplir con lo pactado, y cualquier cambio influencia el presupuesto y el cronograma. Lamentablemente, la calidad tiende a verse afectada por la presión del contrato para entregar las funcionalidades acordados en la fecha definida. Esto influye a que el proveedor gaste lo menos posible para lograr un buen margen de ganancia.
Con Scrum tenemos el siguiente escenario, que es generalmente más ventajoso:
- Las fechas de entrega y la productividad es fija: Se tienen las fechas de fin de Sprint fijas, donde el cliente sabe que va a obtener valor en forma de entregables con calidad de producción. Además, luego de ciertos Sprints la productividad del equipo converge a un valor fijo (mientras no se cambie el equipo).
- El costo es fijo: Se cobra generalmente por mes de equipo asignado. Esto es simple y fácil para el cliente para pronosticar a futuro los costos del proyecto (Siempre y cuando tenga claro el backlog y el mismo este estimado y priorizado).
- La calidad es fija: Se define un "done criteria" y se sigue durante el proyecto, la calidad no cambia para llegar a una entrega o cumplir con ciertas funcionalidades pedidas.
- La funcionalidad es variable: El framework de Scrum se encarga de que el equipo este siempre trabajando en lo más prioritario y en lo que da más valor al cliente. Demostraciones y entregas frecuentes ayudan al cliente a darse cuenta de lo que realmente necesita. El cambio es bienvenido.
Fuente: Mirko Kleiner - Simple arguments for Scrum to support sales people
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